¿QUÉ NOS LLEVA A CRIAR AVES DE RAZA?

    La avicultura es una mezcla de ciencia, arte y paciencia. Son tres factores que fundamentan la cría tanto industrial como artesanal. La ciencia, porque sin el respaldo de la genética y otras ramas científicas los ejemplares quedarían estancados y retrocederían. El arte, pues sin él nunca se lograrían morfologías y anatomías productivas como así tampoco el utópico perfeccionismo de un plumaje. Y la paciencia, es un pilar decisivo y primordial pues puede llevarnos más tiempo de lo que suponíamos lograr el ave que anhelamos.

    Creemos que la cría de aves de raza a pequeña escala tiene metas bien definidas en el avicultor; quien se propone con un árduo trabajo cíclico y desafiante superar la calidad (productividad+ornato) de una casta. Crear y establecer razas y variedades ha sido para los pioneros de la avicultura ni mas ni menos que todo lo antedicho.

    Es nuestro deber conservar lo heredado en todos los aspectos de la vida, y en nuestro caso un compromiso desde que decidimos criar nuestro primer ave de raza. No creemos que la industria haya desterrado a la avicultura artesanal. Son dos cosas muy diferentes. La primera viene a cubrir necesidades a nivel mundial y lo logra con sorprendente eficacia. Pero lo que nosotros tenemos entre nuestras manos es historia pura, historia viva. A un cuadro se lo puede exhibir y preservar en un museo; pero las razas y sus variedades, si no las conservamos y nos hacemos cargo de ellas, se extinguen.

    Aunemos nuestros esfuerzos por la historia viva que heredamos; olvidando idiosincrasias avícolas como el egoísmo y la soberbia, y recuperémos esas magníficas obras de arte de nuestros pioneros.

Antigua lámina del pintor Jean Bungartz (Vogelwereld by A.Nuyens 1886)

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